Cómo tapizar una butaca. Parte 2.

Seguimos aprendiendo cómo tapizar una butaca. Después de el post de la semana pasada donde aprendimos el proceso de desmontaje, hoy nos dedicaremos a la parte de decapar la madera y comenzar con el tapizado.

Una vez que hayamos desmontado el tapizado y limpiado la madera, procederemos a aplicar la pintura. En este caso, elegí la pintura  chalk paint «Merengue Blanco» de Titán. De este modo, evité tener que lijar la madera, no porque sea complicado o engorroso, sino porque la pieza tenía un tinte caoba que traspasa cualquier pintura, y si se se elimina el barniz protector de la madera, el tinte coge más fuerza y mancharía irremediablemente el color.

Aplicamos una primera capa con una paletina, introduciendo el color en la talla.

Damos dos capas respetando los tiempos de secado para conseguir un color intenso. (en la primera foto podéis ver la primera capa y en la segunda, la capa final). Si fuese necesario, aplicaríamos una tercera capa. Como os decía, a veces resulta difícil cubrir los tintes, especialmente si utilizamos un color claro.

Con un taco de lija fino, rascamos ligeramente las aristas de la madera para levantar la pintura y sacar el color original de la pieza del fondo. Conseguiremos un efecto gastado y elegante que marcará, más si cabe, las preciosas tallas de la butaca.

El siguiente paso será el de cortar las piezas de tela. En una superficie plana y amplia (en este caso el suelo), extenderemos una manta para proteger la tela. Estiramos bien la tela y comenzamos a presentar cada pieza encima de la tela, sujetándola con alfileres. Al tratarse de una tela de rayas es importante cuadrar las rayas visualmente, es decir, que el dibujo corresponda de arriba a abajo y de un lado a otro. Este proceso debe hacerse con calma, ya que un mal corte podría arruinar el resultado. En respaldo y el asiento deben de hacer coincidir las rayas verticalmente. Los laterales interiores y exteriores deben de ir pareados y debemos de asegurarnos que el sentido sea vertical.

Cortaremos cada pieza con un margen de sobrante de unos 2 cm. Si cortamos la pieza a ras, correremos el riesgo de quedarnos cortos y de arruinar la tela.

Recubriremos con guata las partes de espuma que estén algo desgastadas por el tiempo. Podemos cortar una pieza aproximada directamente sobre el mueble, lo sujetamos con unas pocas grapas y listo. Esta será la base sobre la que comenzaremos a tapizar.

Os recomiendo que marquéis con un papelito cada pieza de tela con el nombre de la parte a la que corresponden. Como os decía en el post anterior, comenzaremos a tapizar la parte por la que acabamos de desmontar, en este caso, el fondo.

Como en todo tipo de tapizados, comenzaremos a grapar en cruceta, es decir, una grapa en la mitad de cada lado para tensar la tela y poco a poco ir avanzando desde el centro hasta los extremos.

Al ser una pieza bastante voluminosa os recomiendo extender una manta gruesa en el suelo para poder mover y recostar la pieza a nuestro antojo para que nos resulte cómodo colocar las grapas.

Podemos utilizar una grapadora manual como la de la foto anterior, aunque será más sencillo con una grapadora eléctrica, ya que tendremos que hacer menos fuerza.

Continuamos presentando y tapizando las piezas una a una. El siguiente paso, en este caso, es el respaldo, del que debemos dejar la parte inferior sin grapar para sujetar primero el respaldo interior.

Seguimos con el respaldo interior. Recolocamos la espuma, la guateamos y presentamos la tela. Seguiremos este proceso con cada pieza hasta llegar a la última, que fue la primera que desmontamos.

El próximo día os mostraré cómo terminar el tapizado  y rematar la pieza, así como el resultado final. Espero que os haya gustado la tutorial de hoy. ¡Hasta la próxima!

 Pincha en el siguiente link para ver el final del proceso:

Para ver el final de este proyecto de tapizado pincha en la parte 3.

Si te has perdido el principio del proceso, pincha en parte 1.