Ideas para transformar una habitación con pintura y telas
En el post de esta semana os mostraré cómo transformar una habitación por muy poco dinero. A veces, no es necesario cambiar todo el mobiliario de nuestra casa y gastarnos un dineral para cambiar el aspecto de una de nuestras estancia, basta con cambiar unos pequeños detalles.
La protagonista de esta semana, Julia, me pidió que la ayudara a dar una lavado de cara a su preciosa habitación. La estancia, estaba decorada con pesados muebles de maderas nobles, algunos de ellos antigüedades dignas de un museo, pero el paso del tiempo había hecho mella en el aspecto de esta habitación que parecía oscura y descuidada.
Ya sabéis cuánto me gusta dar una segunda vida a los muebles con unas cuantas capas de pintura, pero en este caso, descarté desde un primer momento tocar los muebles en absoluto, ya que por la belleza y la calidad de las piezas sería un auténtico pecado.
El objetivo era, por tanto, cambiarlo todo sin cambiar nada, es decir, dar un aire nuevo y fresco al dormitorio sin cambiar los principales claves en la decoración de un espacio: mobiliario y distribución. Para ello opté por cambiar la gama cromática del dormitorio, apostando por colores neutros y luminosos, y aportando un toque de color y contraste en los pequeños detalles.
La antigua pintura en tonos rosáceos, con las molduras pintadas en un tono más oscuro, fue sustituida por un gris claro de la colección Luxens de LEROY MERLIN que aporta luminosidad y elegancia al conjunto. Las molduras y los techos, fueron pintados en blanco nuclear, el cual aumenta la sensación de luminosidad y de altura en los techos.
Con este nuevo color de fondo, los muebles destacan más y sus formas toman la importancia y elegancia que merecen.
En siguiente paso, era sustituir la ropa de cama. La oscura y anticuada colcha que lucía anteriormente, generaba un aspecto caótico y restaba luminosidad y protagonismo al imponente cabecero, por ello, la sustituímos con una sencilla colcha de lino en tonos crudos adquirida en MI CASA, con dos enormes almohadones a juego.
Para aportar un toque de color a la estancia, se colocó un cubrepiés en chenilla granate, (el cual ya poseía la propietaria), al que se añadieron dos cojines forrados con la misma tela, de un tamaño menor al de los grandes almohadones. Por último, un pequeño cojín con motivos florales, imprime un toque de feminidad y delicadeza al conjunto.
El resto de los elementos estaban ya presentes en la antigua habitación. Los visillos son exactamente los mismos, aunque se colocaron con una barra menos aparatosa y casi a ras del techo para ampliar la sensación de altura en los techos.
La lámpara de techo, es exactamente la misma salvo por el hecho de que esta fue acortada al eliminar una de las piezas metálicas de esta, y las pantallas fueron forradas con una tela nueva [en breves os mostraré una tutorial de como hacerlo].
Por último, los grandes cuadros que flanqueaban el cabecero fueron eliminados, ya que competían en protagonismo con este y le restaban importancia.
Espero que os haya gustado el post de esta semana y hayáis aprendido que cambiando algunos detalles podemos alcanzar grandes cambios sin invertir mucho dinero. Una sabia elección de colores y tejidos, puede cambiar por completo cualquier habitación, por muy difícil que esto parezca.
Mi nombre es Tania Tapia, aunque soy historiadora del arte y profesora de idiomas, disfruto transformando espacios y viejos muebles en piezas de decoración actual. Si estás buscando ideas DIY para transformar tu hogar, o necesitas que alguien lo haga por ti, creo que este blog te resultará interesante.