Cómo decorar con Souvenirs
En este post aprenderemos a decorar con souvenirs, cómo integrarlos en nuestra decoración y, lo que es más importante, cómo elegir el recuerdo ideal para ese viaje perfecto, sin que nuestra casa parezca un «Todo a cien».
Existe alguna fuerza cósmica ineludible que nos empuja a llevarnos un un pedacito de nuestros viajes, un objeto que ancle nuestros recuerdos y nos ayude a rememorar esas vacaciones ideales que tanto disfrutamos. Pero la pregunta es, ¿qué tipo de souvenirs nos llevamos?¿Será un recuerdo inolvidable, o un cachivache horrible de una tienda de souvenirs que arruine el look de nuestra casa?
En el post de hoy os daré algunas ideas sobre qué tipo de souvenirs llevarnos para poder integrarlos en nuestro hogar, dando un toque extra de personalidad.
Las fotografías y las postales son un clásico irremplazable en cualquier viaje, pero elegir el tipo de fotos que hacemos y las postales que compramos depende sólo de nosotros. Tomarnos unos minutos para sacar esa fotografía perfecta, merecerá sin duda la pena, y una vez volvamos a casa podremos lucirla orgullosos en nuestro salón.
Esta foto por ejemplo, fue tomada en mi viaje a San Francisco. El Golden Gate se muestra imponente y misterioso rodeado de una tenue niebla. Una fotografía ampliada y un bonito marco la convierten en el recuerdo perfecto de un viaje perfecto.
Entre la gran variedad de postales que podemos encontrar entre las tiendas de souvenirs, podemos elegir algún modelo menos típico y seguramente menos representativo de la ciudad que estamos visitando, pero que podremos integrar en nuestra decoración sin dudarlo.
Un buen ejemplo de ello, son estas bonitas postales que adquirí en Nueva York. Pertenece a una serie de postales que retrata a grandes estrellas del mundo cinematográfico en sus comienzos, en concreto, se trata de una fotografía de Martin Scorsese y Marlon Brando (también adquirí una de Kathearine Hepburn).
La artesanía local es otro gran clásico de los souvenirs, pero debemos tener en cuenta que debemos comprar algo que creamos que puede encajar con el estilo de nuestra casa.
Esta tortuga de madera en forma de jabonera fue uno de mis recuerdos traídos de mi viaje a Hawaii, uno de los destinos más espectaculares en el que jamás haya estado.
De Sicilia, sin embargo, me traje esta bonita y discreta caracola de cerámica tradicional de Caltagirone. Es una pieza pequeña en tonos azules verdosos, acorde con la la decoración de mi salón. Elegir una pieza mayor hubiese sido un error, ya que la cerámica de Caltagirone es excesivamente recargada y decorativa, pero una pieza pequeña y sencilla es algo que podemos encajar en cualquier rincón de nuestro hogar y que nos hará revivir los momento transcurridos en ese lugar especial.
Pasamos ahora, a una sección menos típica y no por ello menos especial: la naturaleza. La naturaleza puede brindarnos auténticas joyas. Podemos recogerlas nosotros mismo o adquirirlas en alguna tienda local, pero siempre teniendo en cuenta que nuestra elección no ponga en peligro la conservación del entorno.
Esta preciosa piedra proviene del Zion National Park, en Utah, EE.UU. La compré con un pequeño negocio local en las faldas del valle Zion por unos pocos dólares, y es sin duda uno de mis recuerdos preferidos.
Unos corales secos varados en la arena, también pueden ser un excelente souvenir que traer en la maleta. Estos, en concreto, pertenecieron a una paradisíaca playa al norte de la isla de Kauai, en el archipiélago de las islas Hawaii.
Algo más mundano, pero no por ellos menos bello, serían unas conchas de la playa. Estas conchas provienen de la playa de Xilloi, un precioso arenal en la costa de la provincia de Lugo (Galicia) . No puedo decir que sean un souvenir, ya que tengo la fortuna de vivir a unos pocos kilómetros de este paraíso, pero creo que son un buen ejemplo de posible souvenir para nuestros viajes.
Por último, llegamos a mi sección favorita: ¡los rastrillos! ¡Cómo adoro los rastrillos!! Un buen mercadillo de segunda mano o una tienda de antigüedades pueden convertirse en el lugar perfecto para encontrar ese souvenir ideal que nos hará evocar nuestros viajes.
Antes de dejar Texas, después de haber vivido allí durante dos años, me pasé por las varias «Thrift Stores» de la zona de Montrose una de las áreas más bohemias y alternativas de Houston. Allí, me topé con esta bonitas fotografías, las cuales no dudé ni un momento en adquirir.
Consisten en tres fotografías antiguas de los años 30, pertenecientes a una agencia de prensa de la época (lo sé porque las fotografías están selladas en el reverso). Su conservación no era perfecta, pero todas ellas pertenecían a imágenes de Texas en la década de los 30. Las fotografías lucen orgullosas en mi salón y son, sin duda, uno de mis recuerdos preferidos.
En último lugar, os hablaré de una joya que compré en un rastrillo que encontré por casualidad en una céntrica plaza de Burdeos.
Paseando por las majestuosas calles de Burdeos me topé, por azar, con un pequeño rastrillo en la plaza de Saint Michel, a los piés de su bonita iglesia gótica. Entre trastos, libros y cacharros inservibles, encontré esta bonita cámara de vídeo de Super 8, con maletín e instrucciones originales incluidas, y en perfecto estado de conservación. Es una pieza preciosa, con un estilo muy vintage ¡y extremadamente decorativa! Sencillamente, ¡me encanta!
Espero que os haya gustado el post de hoy y que hayáis aprendido que la elección de un buen souvenir es importante a la hora de decorar nuestros hogares, pero también a la hora de perpetuar un recuerdo inolvidable en nuestra mente. El poder exhibir un recuerdo en nuestro hogar, sin que acabe relegado a un oscuro cajón, garantizará, de algún modo, que eses viajes sigan para siempre con nosotros.
Mi nombre es Tania Tapia, aunque soy historiadora del arte y profesora de idiomas, disfruto transformando espacios y viejos muebles en piezas de decoración actual. Si estás buscando ideas DIY para transformar tu hogar, o necesitas que alguien lo haga por ti, creo que este blog te resultará interesante.