TUTORIAL: Cómo hacer unas cortinas con una sábana

Hace un par de semanas os enseñé el look final de «El comedor del Abuelo» y en las fotos pudisteis ver cómo hice unas cortinas con una sábana antigua. Hoy os mostraré paso a paso como lo hice.

El primer paso, por supuesto, fue buscar una sábana. Elegí esta sábana por la calidad de su tela, de lino, y la belleza de su embozo, con encaje de hilo y las iniciales de mi bisabuelo bordadas. Tomé medidas de la ventana y la sábana, e hice los cortes pertinentes.

Aquí tenéis un esquema de la sábana con las líneas de corte. Como podéis ver, sólo se necesitan dos cortes: uno horizontal a la altura del embozo; que se utilizará para realizar el bandó y otro vertical central; para realizar las caídas. Una vez hechos los cortes, nos encontraremos con tres piezas distintas.

Para rematar el bandó sólo debemos hacer una pequeña doblez en la parte superior, suficiente para insertar la barra de la cortina, tal y como explico en el siguiente esquema.

Para las caídas podemos elegir varias opciones para sujetarlas a la barra: hacer otra doblez, ganchitos… En mi caso, me decanté por realizar unas presillas con un trozo de tela (también en lino) ya que el largo de la sábana se quedaba un poco corto y necesitaba unos centímetros extra para que llegasen al suelo.

Tomé medidas y decidí añadir 5 presillas a cada caída.  En este caso, corté tiras de 25 centímetros de largo y unos 8 de ancho, para que al doblarlas quedase una largura de 12,5 cm y las cortinas llegasen con holgura al suelo.

Una vez rematados todos los bordes con la máquina de coser, unimos todas las piezas y este sería el resultado.

Debajo de Lula, la perrita adoptada de mi madre [aprovecho para enviar el mensaje de: ADOPTA UN AMIGO, NO COMPRES, NO ABANDONES!!! ],podéis ver las piezas terminadas. El siguiente paso sería teñir las telas, para así conseguir un tono acorde con la decoración de la estancia, y al mismo tiempo, desterrar el aspecto de sábanas de la tela y ¡convertirlas definitivamente en unas preciosas cortinas!

Para teñir las cortinas utilicé la misma pintura que para pintar los muebles: chalk paint. El chalk paint es una pintura muy versátil que puede utilizarse sobre todo tipo de superficies y que además puede teñir tejidos. En este caso utilicé el tono Azul Aubusson del que hablamos en posts anteriores(El comedor deL abuelo: partes 2,4,5) en estado puro.

Mezclamos la pintura con agua en una proporción 1/20, es decir, una parte de pintura por 20 de agua, aunque podemos variar la proporción en función de la intensidad de color que queramos buscar. Yo debo reconocer que lo hice un poco a ojo de buen cubero…. deposité un vasito de pintura en el fondo de un balde y añadí agua hasta obtener la intensidad que me pareció más oportuna…

Se remueve bien hasta diluir por completo la pintura y se sumerge la tela en el balde. Hay que empapar bien el tejido y procurar que que esté completamente sumergido en el agua. Esperamos unos 30 minutos, escurrimos y tendemos las piezas bien estiradas hasta que se sequen por completo.

Esta receta la saqué del libro de Annie Sloan, “Colour Recipes for Painted Furniture and More”, y tal y como explica en el libro, los tejidos quedan teñidos de forma permanente y podremos meterlos en la lavadora sin problema.

Una vez secas y planchadas, nuestra nuevas cortinas estarán listas para colgar.

En mi caso, como casualmente las medidas encajaban a la perfección, utilicé dos barras de cortinas IRJA de IKEA, ¡que cuestan la irrisoria cantidad de 0,99 euros la unidad!

La verdad es que fue una suerte que las medidas coincidiesen con el vano de la ventana, 1,40 m, y debo decir que a pesar del precio, la calidad no está nada mal, ya que con excepción de los embellecedores que son de plástico, todo el mecanismo es de metal. Utilicé una barra encima de la otra, colocando el bandó en la parte superior y las caídas en la inferior, y este es el resultado final.

¡Espero que os haya gustado el post de hoy! ¡Nos vemos la próxima semana!