Cómo restaurar una silla con chalk paint

Restaurar una silla cambiando por completo su aspecto puede ser muy sencillo. Las sillas son una de las piezas de mobiliario más comunes y que más estilo aportan a una estancia. Son muy sencillas de customizar y con ello podremos conseguir un sencillo cambio de look de nuestro hogar.

En el post de hoy os mostraré cómo restaurar una maltrecha silla sucia y desgastada por el uso. Con un poco de pintura y tela, hemos conseguido rescatar una pieza que casi con total seguridad hubiera terminado en un basurero.

Suciedad, pintura, desconchones… este era el aspecto original de nuestra silla que, sin embargo, presentaba una excelente conservación de la madera. Para transformar el aspecto de esta silla seguí los siguientes pasos:

1- Arrancar las tachuelas y el viejo tapizado. Ayudándonos de un destornillador, iremos poco a poco soltando los clavos y las grapas que sujetan e tapizado hasta descubrir la espuma. Como es este caso las cinchas y el relleno estaban en perfecto estado, no fueron sustituidas, aunque debéis hacerlo si fuese necesario.

2- Lijar toda la superficie. Con una lija de grano medio, lijamos toda la superficie para eliminar los desconchones y desperfectos, y así, conseguir una textura completamente lisa de la madera.

3- Eliminamos cualquier resto de polvo. Con un paño, preferiblemente empapado en alcohol, limpiamos bien la superficie hasta eliminar cualquier partícula de polvo. De este modo conseguiremos que la pintura se agarre bien a la madera.

4- Aplicamos la pintura. En este caso, hemos elegido una pintura de tiza, chalk paint, de la marca Titán en color  gris, concretamente en tono 224 Hustle Grey. Había probado antes la pintura chalk paint de la marca Annie Sloan, pero tengo que reconocer la pintura chalk paint de Titán me ha sorprendido. A parte de tener un precio muy competitivo, es realmente cómoda y fácil de aplicar. Además, tiene un formato muy manejable que facilita la tarea.

Aplicaremos, al menos, dos finas capas de pintura, respetando los tiempos de secado. Insisto en los de «fina capa» ya que es importante para conseguir un buen resultado. Tras dos capas de pintura, este es el resultado:

5- Aplicamos cera o barniz. En este caso he aplicado un barniz especial para chalk paint, también de la marca Titán. Se trata de un barniz transparente y mate que respeta el aspecto suave y empolvado del chalk paint.

6- Tapizamos la pieza. Elegimos una tela que realce las formas de la silla y comenzados a grapar alrededor. En este caso, elegí una bonita tela de rayas en tonos turquesa, gris y marrón chocolate de la marca Romo. Para conseguir un resultado profesional debemos hacer primeramente una cruceta, es decir, grapar la tela al centro de cada uno de los laterales a modo de cruz. A partir de esa cruceta, vamos poco a poco tensando la tela y grapando gradualmente hacia los extremos. En las esquinas, delanteras haremos una doblez [Como si de un regalo se tratase] y en las esquinas traseras haremos un corte diagonal desde la esquina de la tela, para asentar bien el tejido y realizar un remate como el anterior.

7. Pegamos la pasamanería. Ayudándonos de una pistola de cola termofusible aplicamos la pieza de pasamanería. De este modo tan sencillo, cubrimos todas las grapas y le damos un aspecto más coqueto a la pieza. En este caso, elegí una cinta de pasamanería clásica, en color gris.

Ya véis que el proceso es muy sencillo y fácil de seguir. De todas formas, si tenéis cualquier duda no dudéis en consultarme a través de las redes sociales o a través de la sección de comentarios de este blog. ¡Espero que os haya gustado la transformación de hoy!