Transformar un cabecero de barrotes en un cabecero tapizado
En el post de hoy os mostraré cómo cambiar por completo un cabecero clásico de madera con barrotes y convertirlo en un elegante cabecero tapizado.
Esta cama perteneció a una niña hace más de tres décadas y hoy esa niña se ha convertido en mamá. La cama que acompañó la infancia de esta mamá primeriza, acompañará ahora a su hijo, pero no sin antes de darle un lavado de cara que le devolviese la «infancia».
Aquí tenéis el cabecero de la cama en cuestión, un modelo de cama gemela que a muchos nos evocará recuerdos del pasado. La calidad y el perfecto estado de la madera, de castaño macizo, merecían sin duda una segunda oportunidad.
A diferencia de otros casos que vimos anteriormente, el reto aquí no era la recuperación de la estructura de la madera, sino actualizar su imagen. Resulta especialmente difícil cambiar por completo una pieza tan clásica como esta. Estaba claro que una mano de esmalte no sería suficiente, por lo que había que darle otra vuelta de tuerca.
Y «voilà», este fue el resultado final después de darle unas cuantas vueltas. La primera decisión fue la combinación de colores. Con el beneplácito de la mamá, decidimos que el gris sería el color principal con un toque amarillo para iluminar. Una combinación muy de moda y muy adecuada para una habitación infantil.
El lacado en gris sería en primer paso de un cambio radical. El objetivo era alejarnos lo más posible de la clásica cama de barrotes, por lo que se me ocurrió la idea de cegar el vano central y convertirlo en un cabecero tapizado.
Para eso, había que crear una plantilla de cartón piedra, un cartón gris muy duro usado para trabajos de tapicería, que encajaría justo en el hueco de los barrotes. A continuación, y para dar un aspecto acolchado, se forraría con guata, para después terminar con el grapado de la tela.
El tejido elegido sería un clásico de la decoración infantil, un piqué de topitos gris, aderezado con una pasamanería amarilla (la popularmente conocida «tripa de pollo»).
La parte trasera del cabecero se cegó igualmente para dar un aspecto más cuidado, pero en lo que se refiere a los pies de la cama, decidí dejarlos abiertos para no agobiar demasiado la composición y dar un mayor aspecto de ligereza.
Y hasta aquí nuestro «antes y después» de hoy. ¡Espero que esta pieza tan ligada a nuestra infancia os haya traído buenos recuerdos y os diese buenas ideas!¡Un saludo a todos y todas!.
Mi nombre es Tania Tapia, aunque soy historiadora del arte y profesora de idiomas, disfruto transformando espacios y viejos muebles en piezas de decoración actual. Si estás buscando ideas DIY para transformar tu hogar, o necesitas que alguien lo haga por ti, creo que este blog te resultará interesante.