Aparador con curvas
¡Buenos días una semana más! Hoy estrenamos la semana con una de mis piezas favoritas, una pieza elegante y atemporal que, tras varias horas de intenso trabajo, fue transportada al pleno S.XXI para presidir un comedor con mucha personalidad.
Aquí tenéis a esta belleza antes de la transformación. Fue adquirido en una tienda de segunda mano y, por suerte, pude conocer un poquito su historia. Al parece, provenía de un hotel o hostal en Inglaterra, de hecho, dentro de los cajones todavía había papeles con las tarifas del establecimiento y panfletos de restaurantes en inglés. Personalmente, me encantan los muebles antiguos por muchos motivos; las formas, la calidad, la personalidad que imprimen a un espacio, pero también me gusta pensar en la historia que hay detrás de cada pieza, u en este caso pudimos saber un poquito de su pasado.
La pieza era realmente preciosa, con patas altas curvadas y barriga. Además, tenía mucho espacio de almacenamiento, con 4 puertas y tres cajones, uno de los cuales tenía el cubertero de fábrica.
El nuevo destino de este clasico inglés sería un salón-comedor, donde las piezas antiguas se mezclarían con las modernas. El color principal de este salón-comedor sería el gris, un color muy sofisticado y muy en boga en los últimos tiempos. El gris, es un color que admite muchas combinaciones, pero en este caso, el segundo color elegido para esta habitación, fue el azul agua. En concreto, es el azul atolón de la colección Luxens que podréis encontrar en LEROY MERLIN o AKI.
El interior tenía un acabado perfecto, por lo que se dejó en su estado original, pero el exterior sufrió un importante lavado de cara. Un lijado en profundidad fue el primer paso, para después proceder son el sellado de la madera con una capa de imprimación al agua y, finalmente, dos capas de esmalte (para madera, al agua y satinado). Para un resultado perfecto, es importante lijar ligeramente la superficie entre capa y capa y, por supuesto, esperar los tiempos de secado recomendados por el fabricante.
En este caso, los tiradores estaban en perfecto estado y no desentonaban con la nueva estética del mueble, por lo que se decidió conservarlos. Como era tremendamente complicado quitarlos, ya que tenían una placa metálica cegando el anclaje, se cubrieron cuidadosamente con cinta de carrocero y se procedió igualmente con el lacado.
¿Qué os parece el antes y el después? Para los que sigáis Mutatis Mutandis en facebook ya os sonará esta imágen, ya que es la protagonista de la portada de la página de seguidores. Espero que os gustase conocer su historia. En los próximos post podremos ver el resto de este bonito comedor.¡Hasta la próxima semana!
Mi nombre es Tania Tapia, aunque soy historiadora del arte y profesora de idiomas, disfruto transformando espacios y viejos muebles en piezas de decoración actual. Si estás buscando ideas DIY para transformar tu hogar, o necesitas que alguien lo haga por ti, creo que este blog te resultará interesante.